En lugar de una sola misión parroquial, como San Lucas ha tenido tradicionalmente, en 2019, cambiamos de marcha para tener dos reflexiones cada año, durante las temporadas penitenciales de Adviento y Cuaresma. Parte de nuestro cambio de enfoque ha sido hacer que estas reflexiones sean más accesibles y pertinentes.
Reflexión de Adviento:
El Adviento nos prepara para celebrar el nacimiento de Jesús. Durante las cuatro semanas de Adviento, consideramos cómo Dios vino a nosotros encarnado en carne humana. Este tiempo de contemplación nos prepara para la celebración de la Navidad. La encarnación de Jesús es realmente algo para celebrar porque también se aplica a nosotros. Puesto que Jesús nos dio su Espíritu, cuando este espíritu entra en nosotros, encerramos a Dios dentro de nuestra carne humana; Dios se encarna también dentro de nosotros. Cuanto más vivimos la verdad de que Dios habita en nosotros, más nos acercamos a la santidad. Dios eligió entregarnos humildemente nuestra salvación; Dios viene a nosotros como un bebé indefenso. Esta Reflexión de Adviento, entonces, da forma a nuestra experiencia de Adviento. Esta reflexión prepara el escenario para los misterios que encontraremos al celebrar la espera y el anhelo del Adviento y las alegrías de la Navidad.
Reflexión previa a la Cuaresma:
La Cuaresma nos prepara para celebrar la resurrección de Jesús. Durante la Cuaresma, vinculamos nuestro sufrimiento, nuestro pecado y nosotros mismos a la pasión, crucifixión y muerte de Jesús. Estos cuarenta días de Cuaresma nos preparan para la Pascua. La resurrección de Jesús también se aplica a nosotros. Debido a que Jesús se entregó a sí mismo como pago por nuestros pecados, puede invitarnos y nos invita a participar de su resurrección también. Dado que participamos de su sufrimiento, también participamos de su resurrección. Esta Reflexión previa a la Cuaresma nos dirige primero a la Misa de Mardi Gras en varios idiomas y luego a la Temporada de Cuaresma. Esta reflexión prepara el escenario para los misterios que encontraremos al celebrar el dolor de la Cuaresma y las glorias de la Pascua.
¿Cuáles son estos misterios que encontramos en Adviento y Cuaresma? Son lecciones que asimilamos poco a poco. Realmente nunca entendemos completamente estas lecciones, pero cada vez que las experimentamos, las entendemos un poco más profundamente. Cada vez que nos exponemos a estos misterios, comprendemos mejor ... y cuanto más comprendemos, mejor seremos capaces de caminar el camino cristiano junto a Cristo. Nuestras vidas se enriquecen a medida que continuamos creciendo a través, con y en Jesús. Estas lecciones son semillas que echan raíces dentro de nosotros y brotan. No solo brotan, sino que también crecen y fructifican. Son potencialmente capaces de dar mucha fruta y lo hacen mejor si se riegan. Así que únase a nosotros para estas reflexiones para que usted también pueda ser regado.